Galletas para bautizo
Tutorial para hacer una galleta perfecta para
decorar con glasa.
Ya os he mostrado como hacer vuestros cortadores
de galletas caseros, ahora le toca el turno a como hacer una galleta rica y
perfecta para decorar.
Ya os comenté que era la madrina de mi sobrino Lucas
y que le iba a hacer unas galletas para regalar en su bautizo, por eso hice los
cortagalletas con formas infantiles.
Prácticamente a todo el mundo que conozco le gusta
las galletas, han de ser suaves y nada empalagosas pues son galletas grandes y
encima están decoradas con glasa de azúcar.
Me hubiese gustado haber puesto la receta la semana
pasada, pero hacer y decorar con glasa tantas galletas se lleva su tiempo y la
verdad es que al final acabé rendida después de tres días intensos, preparando
no solo las galletas, sino que hice también unas cajitas con gominolas para los
mas pequeños y decoré una cesta para transportarlo todo hasta el bautizo.
Rendida pero satisfecha, pues no sobró ni una,
estaban riquísimas y todo invitado me felicitó ¿no es ese el principal motivo de
hacerlas?
Esta vez hice galletas con forma de body infantil,
otras con forma de carrito de bebe, unos biberones y otras con una cara de bebe con un chupete,
aunque no lo creáis, me gusta mucho hacer galletas de diferentes formas, pero
suelo decorarlas sencillamente con chocolate.
Desde luego que mi decoración con
glasa “deja mucho que desear”, es la tercera vez que me atrevo con esto en
serio (ya visteis las pruebas anteriores como quedaron) pero lo seguiré
intentando pues con la practica llega la perfección y la verdad es que me ha
gustado mucho el resultado final, lo importante es el detalle y a los padres
les gusto mucho las galletas y los regalitos (esto promete, pues algun@s padres
me han dicho que hablaremos para hacérselas en las comuniones, jejejejeje).
La idea y forma de cómo decorarlas la he sacado de
muchos blogs diferentes, por Internet circulan muchos diseños que podéis copiar
y ajustar a los diseños que mas os gusten.
Pero lo más importante en este tutorial no es
como las decoréis, es hacer una buena galleta, que no se rompa ni se
deforme al cocer y lo mejor: que esté buenísima de sabor y aguante días en perfecto
estado.
Pensar que las galletas que elegimos para decorar
tienen que tener estabilidad (es por eso que se suelen hacer de un grosor de
unos 6mm) han de estar hechas por lo menos dos días antes de consumir (tienen
que enfriar totalmente antes de decorarlas) y luego tiene que secar bien la
glasa antes de empaquetarlas y regalarlas, es por eso que la galleta es lo mas
importante, tiene que ser tierna, buena de sabor y que no se quede dura
enseguida.
Después de haber probado varias recetas diferentes y
con aromas diferentes, he preferido hacer una masa sablé con aroma de vainilla,
que nunca me ha fallado.
“No es que las demás recetas sean malas, todo lo
contrario, las hay mas ricas” pero para ésta ocasión quería una galleta suave y
tierna y de un sabor neutro, para que al juntarla con el dulce de la glasa, no
resultara empalagosa y opino que para mi personalmente es la masa mas adecuada
para estas elaboraciones.
Yo desde luego os animo a que las probéis,
sinceramente creo que junto a las de chocolate, son de las mejores galletas que
me han salido siempre, por eso fui a lo seguro.
Tutoriales encontrareis muchos, este es el mío,
hecho a mano para quien como yo no disponemos de maquinas para amasar y con un
resultado excelente, por eso lo quiero compartir con tod@s vosotr@s.
Ingredientes para unas 50 galletas de unos 10x8cm:
Haremos una masa sablé con:
- 1k de Harina de repostería (es posible que os
sobre un poco, como media tacita, reservarla que después la usareis al estirar
la masa)
- 375g de Azúcar glas
- 375g de mantequilla sin sal
- 50g de huevo (en este caso he usado uno de tamaño
XL)
- una pizca de sal
- unas cucharaditas de leche fría, he usado 50g (no
es una cantidad exacta para cada receta, porque todo depende de lo que necesite
la masa para que ligue bien)
-una cucharadita de aroma
de vainilla casero.
Aparte necesitaremos:
- Varios pliegos de papel de horno,
- un rodillo con medidor (en su defecto sirve
cualquier cosa que tenga el grosor elegido)
- una espátula para mover de un sitio a otro las
galletas sin romperlas
- varias bandejas de horno diferentes (si no tenéis,
saber que las galletas se ponen muy frías en placa también fría porque sino se
deforman enseguida al ablandarse la mantequilla, así que tendréis que enfriarla
después de cada uso con agua fría y secarla muy bien antes de volver a usarla)
- rejillas donde dejarlas enfriar.
Como hacer:
Creo que la cosa más importante para que nos salgan
unas buenas galletas, tiernas pero estables, está en como trabajemos y
elaboremos la masa.
Empezaremos por tener la mantequilla y el huevo a
temperatura ambiente por lo menos dos horas antes de hacer la masa (no sirve
calentar la mantequilla en el microondas, pues la mantequilla caliente empieza
a desprender suero haciendo una masa mas húmeda, con el consiguiente de que
para poder estirarla, se tiene que añadir mas harina de la recomendable y a la
vez trabajar en exceso la masa, con el riesgo de que salgan duras ya de
antemano) por lo tanto, con el simple gesto de acordarnos de sacarlo del
frigorífico unas horas antes, evitamos todo esto;
Tiene que estar muy blanda, en pomada, de esa forma
se une perfectamente a la harina sin humedecerla, para evitar que se active el
gluten o nos quedarían duras:
* Habréis oído muchísimas veces que la masa sablé de
las galletas y de las tartaletas no se debe de amasar mucho o se quedarán duras
al hornearlas, eso ocurre porque en el amasado se hidrata la harina y hace que se active el gluten natural (no
sabría describiros cómo ocurre, pues es algo que se ha demostrado científicamente
y yo no soy científica) lo podéis distinguir cuando estiráis muy fina la masa
de pan, son como hebras elásticas que sujetan la masa haciendo que se mantenga
unida.
Por eso mismo intentamos no amasar (no solo por
activar el gluten, sino porque cuanto mas la sobemos, mas calentamos la masa) mas
bien esta masa hay que mezclar “solo lo necesario para unir” como este tipo de
masa que no tiene que levar ya que carece de levaduras, hay que evitar por todos
los medios de que se active.
Así que si la mezcla es la adecuada (habréis notado
que es una masa con mucha mantequilla) ésta envolverá cada célula de la harina
evitando que se humedezca con el huevo y la leche (ingredientes que tan solo se
ponen para que la mezcla ligue bien y no se rompa cuando la estiremos)
Que este paso no os eche para atrás, es bastante más
fácil de lo que creéis, yo solo sé que es cierto, cuando haces este tipo de
masas “como se te olvide y empieces a amasar” al hornearlas se queda dura
enseguida, dejando las galletas a los dos días como piedras (hacerme caso y no
lo amaseis, solo juntar).
Comenzamos:
Una buena organización nos ayudara mucho en esta
masa, teniendo todo pesado y preparado antes de empezar evitara tener que parar
con el riesgo de que se ablande y caliente en exceso la masa.
Tamizamos por un lado la harina con la pizca de sal,
para evitar los posibles grumos.
Por otro lado tamizamos también el azúcar glas,
muchas veces viene con bolitas que están apelmazadas y duras y eso estropearía
la textura de las galletas.
Pesamos tanto el huevo como la leche y la mantequilla
y lo tenemos preparado en cuencos diferentes.
Batir el huevo junto a un par de cucharadas de leche
y añadimos también la esencia de vainilla para que esté bien disuelta y
mezclar.
En el cuenco del azúcar glas, ponemos toda la
mantequilla, que previamente habremos revuelto un poco para que esté aun mas blanda y mezclamos perfectamente (yo lo hago con una lengua de goma, me es
mas fácil así) pero lo podéis hacer perfectamente con unas varillas eléctricas, a velocidad mínima para evitar que se caliente.
Cuando esté bien mezclado, le añadimos la mitad de
la mezcla de huevo, leche y vainilla. Mezclar bien con la paleta de goma.
Ir añadiendo la harina a cucharadas, de esta forma
garantizamos que está bien integrada cada una antes de añadir más harina.
Veréis que cuando os queda aun un poco de harina, como
1/3, la masa se vuelve granulosa, más bien parece pan rallado grotescamente,
pero es normal.
Es el momento de añadir el resto de huevo y leche.
Ahora os parecerá que la masa esta muy blanda,
entonces continuamos con el resto de harina a cucharadas para que se ligue bien
la masa.
Echar la masa sobre la mesa de trabajo con un poco
de la harina que nos queda (Recordar: es una masa blanda pero no pegajosa)
Unir aplastando y girando la masa lo menos posible
para no calentarla.
Si intentáis estirarla y notáis que se rompe con
facilidad (no ocurre a veces, todo depende de la harina) podéis añadir una
cucharada de leche fría para ayudarla a que se una bien “pero solo una
cucharada” porque si no os quedara blanda y tendréis que añadir más harina de
la necesaria.
Formar una bola juntándola sin amasar, como cuando
éramos pequeñ@s y hacíamos montañas de barro o de arena en la playa ¿recordáis?
comprobar la textura cogiendo un pellizco con los dedos, si notáis que están
bien unidos los ingredientes y se nota la mantequilla y harina bien mezclada,
ya podéis guardarla en el frío, si no, amasar con mucho cuidado y no más de
unos segundos.
Yo suelo formar un churro gordo para que se enfríe
mejor y mas rápido, así solo es necesario dejarla descansar 30 minutos envuelta
en plástico para evitar que se reseque y al frigorífico, en la parte más fría.
Preparamos la mesa de trabajo espolvoreada con
harina, “poca” pues es una masa que no debería pegarse a la misma y no queremos
añadir a la masa más harina de la necesaria.
Cortar varios pliegos de papel de horno que
necesitaremos para enfriar de nuevo la masa (si hacéis como yo, los corto ya de
la medida que tiene cada bandeja, así luego me sirven para poner debajo cuando
los meta al horno).
Yo suelo cortar el churro en varios trozos, esta vez
en 4, de este modo me es más fácil de estirar cada trozo en el papel sin
calentarla.
Aplastar la masa con la mano y estirar con un
rodillo, dejándola de un grosor igual por todos lados y de más o menos 8mm de
grosor (no os preocupéis mucho de si por los bordes se rompe o agrieta la masa,
luego esto se recorta)
Cortar los laterales dejando un rectángulo más o
menos igual, de este modo cada masa será aproximadamente igual que la otra.
Ayudaros del rodillo y dejar encima de papel de
horno.
Podéis ayudaros de palos, lápices o cualquier cosa
que tengáis en casa de ese grosor a modo de guía, incluso cajas vacías de CD os
puede servir.
* Existen unos modernos rodillos que tienen
medidores diferentes, pero para cuatro veces que se hace galletas en casa, no
lo veo imprescindible, pero si lo tenéis, usarlo.
Pasamos de nuevo el rodillo por encima pero sin
presionar, esto se hace para que quede totalmente liso.
Cubrir con otro pliego para que no se reseque y
dejarlo encima de una bandeja en el frigorífico por lo menos 3 horas (yo suelo
hacerlo por la noche y así por la mañana puedo hornearlas todas juntas).
Haremos lo mismo con cada trozo de masa, intentando
que todos tengan mas o menos la misma medida, de este modo, lo podemos poner
unos encima de otros dentro del frío hasta que se vallan a usar, sin necesidad
de tener que meter todas las bandejas dentro del frigorífico.
Pasadas las horas de reposo, sacar cada pliego de
papel con su trozo de masa, despegar el papel para evitar dobleces y estirar
hasta conseguir el grosor necesario, en esta ocasión son de 6mm de grosor.
Cortar cada galleta, podéis poner diferentes modelos
a la vez aprovechando los huecos entre galleta y galleta, de este modo se
economiza la masa.
Se suele cortar perfectamente y se despega bien ya
que la masa está bien fría.
Con los recortes podemos hacer nuevas galletas, pero
recordar, juntar todas sin amasar, dejándola en reposo por lo menos 30 minutos
para que este bien fría (podemos usar estos recortes hasta 3 veces) ya la masa
sobrante se quedara dura al hornear pues “se ha sobado” en exceso.
TRUCO: Yo suelo ajustar al máximo cada galleta, de
éste modo solo me quedan recortes para unirlos una vez, y una vez usados estos
recortes, lo que sobra, lo uso para hacer galletitas para la merienda (de este
modo sobran solo recortes pequeños, así con solo una vez que se junten los
recortes y se estiren tengo bastante para hacer todas mis galletas).
Cuando se tengan todas las galletas cortadas, las dejamos
dentro del frigorífico ya en sus bandejas con papel reposando 20 minutos, para
que sigan estando muy frías antes de hornearlas (es un truco para evitar que al
cocerse se deformen y así os quedaran todas iguales y bien lisas, muy
importante si las vais a adornar con glasa, de este modo quedan perfectas)
Calentar el horno a 180º, con calor solo abajo.
Ya solo queda hornear las bandejas de una en una
a 180º durante 12/14 minutos en la parte media del horno, con calor solo abajo y a
ser posible sin aire.
Vigilar constantemente pues pasados los primeros 10
minutos, muchos hornos tienen mas potencia y se queman antes que canta un gallo,
pero no hay que dejarlas crudas;
Si veis que a los 12 minutos se empiezan a dorar por
los bordes de abajo, sacarlas enseguida y quitarlas rápido de la bandeja con
ayuda de la espátula o se os pasarán y quedaran muy doradas, ya que siguen
dorándose con el calor acumulado aun fuera del horno (he descubierto que si se
pone el ventilador al hacer galletas, éstas se resecan mucho antes de estar
totalmente cocidas, haciendo incluso que le salgan pompas de aire, afeando las
galletas y dificultando luego el glaseado)
Todas horneadas, ya solo queda dejarlas en una
rejilla hasta que estén perfectamente frías, yo las dejo todo el día, eso si,
con vigilancia o desaparecerán por arte de magia, jejejejeje. Pues están
riquísimas.
Conservarlas envueltas en papel de horno guardadas
en una caja hasta que decidáis decorarlas, incluso las podéis congelar y no se
les nota nada la diferencia.
He llegado a mantenerlas hasta 5 días en la caja por
falta de tiempo y después las he decorado y han quedado perfectas, ni se han
ablandado ni quedado duras.
NOTA:
- Para Celiacos: Podéis hacer perfectamente
éste tipo de galletas con vuestra harina especial, seguramente precisareis
poner un poco más de leche en la masa y se endurecen antes que las hechas con
harina de trigo.
- Mucho ojo los Diabéticos: la masa sablé no
solo es una masa que contiene mucho azúcar, también hidratos de carbono y grasa,
al estar hecha con mantequilla; he probado a eliminar el azúcar y sustituirlo
por el equivalente de edulcorante y cambiar la mantequilla por aceite y el
resultado no es una galleta perfecta para decorar, aunque el resultado es una
galleta comestible y rica de sabor, pero muy diferente a estas galletas (luego
la decoración la tendréis que hacer con chocolate sin azúcar).
- Para los intolerantes a la lactosa: es
posible eliminar la mantequilla y usar margarina sin lactosa, aunque prefiero
cambiarlo por aceite de oliva suave, en vez de leche podéis usar sin lactosa, el resultado es bastante aceptable, pero
se endurecen mucho más rápido ya que hay que sobar más la masa de lo normal,
para que se integren bien los ingredientes, pero ricas de sabor.
- Para alérgicos al huevo: se puede hacer ésta
masa perfectamente eliminando el huevo y cambiándolo por leche fría con una
cucharada de harina de garbanzos, el resultado es el mismo que si se usa huevo,
aunque no su sabor, en este caso se pone un poco más de esencia de vainilla y
os gustará (lo único es que su decoración la tendréis que hacer con chocolate o
con glasa sin huevo).
Espero que os animéis a hacer galletas, es divertido,
están riquísimas y lucen muchísimo como regalo de fiestas, cumpleaños, etc. y
aunque no lo creáis, hacerlas es incluso relajante.
Os pueden ayudar a decorarlas los niñ@s ahora en
vacaciones, les encanta ver como se hacen y ellos colaboran para cortarlas y
decorarlas, les dais cuencos con la glasa y un pincel y unos fideos de colores
y ya veréis que bonitas las hacen.
Ahora solo queda enseñaros como las he decorado para
este bautizo, las técnicas y la receta de la glasa empleada la dejaré para otra
ocasión, pues no tengo fotos del paso a paso.
Estas son las de carita de bebe.
Estas las de body infantil.
Estos son los carritos y los biberones:
Estos los paquetitos con las gominolas para los mas
pequeños.
Aquí ya están empaquetadas individualmente, listas para regalar:
Esta es la bandeja que he usado para transportarlo
todo hasta el banquete.
Estas son las galletitas que hice con los recortes,
ideales para merendar mientras decoraba el resto, jijijijiji.
Espero que os gusten.
Un abrazo y buena semana.